La “dieta de alimentos sin gluten y caseína” es el paso más importante en el proceso de recuperación del niño con trastornos del desarrollo, aunque no el único; lo que sigue es el tratamiento antifungal y la recuperación de la flora bacteriana como complemento del tratamiento, según los casos, claro está.
La dieta no es fácil de seguir y al principio es complicado porque esto compete siempre al grupo familiar, pero si el niño responde bien, la mejoría y los avances que el mismo realiza, harán las cosas mucho más sencillas de lo que parece, porque el niño no solo aprende, sino que mejora su salud, su comportamiento, regula su ansiedad, atiende y comprende mejor las cosas y su capacidad de adaptación es progresivamente cada vez mejor.
Estos niños metabolizan de forma anormal las proteínas que se encuentran en alimentos constituidos a base de gluten y caseína, produciéndoles una reacción negativa a nivel cerebral. Dichas proteínas, llamadas Péptidos, son como un collar de perlas cuyas perlas, deben ser separadas cuando ingresan al organismo, lo cual se hace mediante unas enzimas que cumplen esa función. Al estar afectado su intestino por el hongo, las enzimas se destruyen, por lo que no se pueden separar las perlas del péptido, así entero pasa al torrente sanguíneo y es derivado al cerebro, afectando a las neuronas (acción opioide)
El efecto que tiene es como si estuviera drogado, va a tener un tiempo de excitación que se puede manifestar como ansiedad, excitación motora, nerviosismo, risas inmotivadas, irritabilidad, falta de sueño o dificultad para dormir, a ello le va a seguir una etapa de decaimiento, angustia, depresión, se pueden manifestar molestias ( que muchas veces el niño no sabe comunicar) y puede aparecer llanto, dolor de cabeza, enojo, agresión, autoagresión, etc.-Esta situación puede durar desde una hora hasta varios días, depende de la cantidad y el tipo de alimentos que haya ingerido. Esto es lo que se conoce como “reacción alérgica” a algunos alimentos.
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